Jesucristo el Hijo de Dios es el salvador del mundo

17 de octubre de 2008


En el comienzo de la Biblia encontramos todo lo que iremos diciendo en estas clases. Cuando Eva pecó Dios le dijo que él mandaría un Salvador al mundo. Esta promesa la creyeron tanto Adán como Eva, sabían que Dios cumpliría esa promesa algún día. Pasaron muchos años y un día un ángel le apareció a María, y le dijo salve muy favorecida, el Señor es contigo, bendita tú entre todas las mujeres. Ella se sorprendió de este saludo. El ángel le dijo no temas, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás un hijo y llamarás su nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo y Dios le dará el trono de su antepasado David y reinará para siempre. ( Lucas 1: 26-37 )
Cada vez que celebramos la Navidad, estamos recordando el nacimiento de Jesús, hace ya más de dos mil años. Él nació en Belén allá en Palestina, la Tierra Santa, donde está la ciudad de Jerusalén. Dice la palabra de Dios que Jesús crecía en sabiduría, en estatura, y en gracia delante de Dios y de los hambres. ( Lucas 2: 52 )
¿Qué significa esto de que el crecía en estas tres áreas? Sabiduría es saber como vivir agradando a Dios, obedeciendo sus mandamientos, que son muy sencillos, el primero y más grande mandamiento dice: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, de toda tu mente, de toda tu fuerza, con toda tu alma. El segundo dice: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
¿Te parece difícil amar a Dios? Bueno para poder amar a Dios como lo manda la palabra de Dios, es necesario dar un paso muy importante. Tienes que decirle a Jesús que venga a tu corazón, para ser un hijo de Dios, hay que recibir a Jesús, él está a la puerta de tu corazón ahora. ( Juan 1:12 )
Decile a Jesús ven a mi corazón, te recibo y perdona todos mis pecados, si lo haces pasas ha ser un hijo de Dios y podes hablar con él y ser amigo y amarlo de verdad, con todo el corazón y con toda tu fuerza.
Crecía en estatura porque es lo normal que un chico sano, crezca. Pero también crecía en gracia para con Dios y los hombres. Esto quiere decir que agradaba con su vida a Dios y a las personas, por su buen comportamiento, no mentía, ni peleaba con los otros chicos, no robaba.
Hacía caso a los papás y obedecía cuando se le pedía que hiciera algo.

Cuando Jesús tenía como 12 años, un día que María y su esposo viajaron a Jerusalén, él se quedó allí sin que María y José se den cuenta. No es que él estaba desobedeciendo a sus papis, sino que él sabía ya lo que Dios quería para él y lo que debería hacer, y sus padres no lo iban comprender, por eso se arriesgó y se quedó en la ciudad. Luego comenzó a hacer preguntas a los sabios que había en Jerusalén, y ellos no podían responderle y estaban asombrados de la sabiduría de este niño. Pero cuando María y José lo fueron a buscar, él fue obediente y se fue con ellos a Nazaret, que era la ciudad donde vivían, en la provincia de Galilea. Cuando ya fue un hombre de treinta años, comenzó su ministerio para el que había venido al mundo. Así que dejando Nazaret, se radicó en Capernaúm y comenzó su tarea. Juntó un pequeño grupo de discípulos que eran pescadores y estaban allí en Capernaúm, sus nombres eran, Pedro, Andrés su hermano, Juan y Jacobo su hermano, y después fue llamando a otros hasta completar el número de doce. Estos doce hombres fueron llamados los doce apóstoles. ( Mateo capítulo 4 ) Durante esos primeros tres años Jesús recorrió todo el país, visitando las aldeas y pueblos y predicando el evangelio del reino de Dios. ( Mateo 9: 35-38 )

La gente muy religiosa y fanática que estaba en Jerusalén, no estaban de acuerdo con él, porque les hablaba de las cosas malas que ellos hacían. El hizo muchas cosas buenas durante esos tres años que anduvo recorriendo los pueblos y ciudades, pero los enemigos seguían buscando la manera de cómo poder destruirle y quitarlo de en medio de ellos. Era tanta la gente que seguía a Jesús porque veían los milagros que hacía, que los fariseos que eran los enemigos de Jesús, no se animaban a prenderlo y llevarlo preso. Él ya estaba destinado por Dios para morir por nuestros pecados, así que él sabía paso a paso todo lo que iba a suceder. Cuando se acercaba el tiempo en que él iba a morir en la cruz, viajó hacia la ciudad capital Jerusalén, y se presentó como el Rey que había de venir, la gente que le seguía eran muchísimos. Jesús montado en un asno entró a la ciudad y la gente lo aplaudía creyendo que realmente era el Cristo que estaban esperando que viniera, le tendía hojas de árboles y mantos para hacerle una alfombre por donde él habría de pasar, de esta forma le estaban rindiendo homenaje al Rey de reyes y Señor de señores.


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